Como reclutadora de talento tengo oportunidad de escuchar historias de cientos de personas, conocer la forma en la que ven el mundo y su percepción sobre el trabajo y las marcas empleadoras. Es increíble como una situación puede percibirse de maneras distintas y es la persona quien le da la connotación. Este 2023 es un año donde los colaboradores buscan cambiar de empleo, algo en común en su discurso es que quieren mejorar sus condiciones actuales, unos le llaman “crecimiento”, otros “felicidad”, pero todos buscan satisfacer una necesidad.
Después de escuchar y escuchar caí en cuenta que lo que puede estar pasando en el mercado actual y que genera que los colaboradores busquen otras opciones es lo que llamo un despido silencioso e inconsciente por parte de las organizaciones. La cultura de la empresa se va erosionando y los valores originales que en algún momento fueron éxito organizacional ya no están vigentes y como consecuencia el talento humano se va perdiendo.
El despido silencioso se da cuando no se obtiene retroalimentación ni oportunidades de crecimiento, el colaborador percibe que falta reconocimiento para su labor. Cada vez sus responsabilidades son menos retadoras, no se le asignan nuevas tareas, se les da objetivos que no van con su puesto, miles de reportes y reportes, recopilación de datos que al final no se utilizan para toma de decisiones. No hay una conversación sobre sus objetivos, las expectativas o sobre su desempeño. Incrementa el trabajo sin una razón válida para ellos y sin remuneración equitativa, quitar beneficios o prestaciones que ocasionen una disminución en su ingreso anual y la más platicada remuneración congelada.
De cada 10 personas que entrevisto 7 comentan que tienen mínimo más de 2 años con el mismo sueldo y la inflación en el país es de 7.76 %, el índice de precios del consumidor subió 0.30% respecto quincena anterior según INEGI a febrero 2023.
Todo lo anterior hace que un colaborador se decida a migrar, entonces se da el fenómeno de despido silencioso, su historia concluye en la empresa, se van. Las dos causales más repetitivas de esta migración son salario congelado y las tareas que se le asignan no les ayudan a crecer.
Para evitar lo anterior como empresa debemos tener líderes que sepan lo que pasa en su equipo y se ocupen de sus colaboradores, realizar constantemente retroalimentación y una adecuada valoración de puestos acorde a la economía actual, establecer expectativas realistas e incorporar tecnología y nuevas metodologías de trabajo.
¡Sonríe¡ Paty Vargas