En el año 2012 Google inició una investigación en busca de equipos de trabajo perfectos, su objetivo era conocer por qué existen equipos que pueden funcionar mejor que otros. Agruparon a personas con diferentes perfiles como sociólogos, ingenieros, psicólogos e investigadores para analizar la conducta de grupo de personas de la misma empresa y observar sus comportamientos y resultados en las dinámicas a los que serían expuestos e ir recopilando datos para su análisis.
El estudio incluía algunas preguntas clave como: ¿Tienen las mismas aficiones?, ¿Qué clase de personas forman los equipos más efectivos?, ¿Comparten un carácter similar?, ¿Los empleados se relacionan fuera de la empresa?
Al inicio observaron en lo individual a cada componente del equipo, pero como las conclusiones no eran las esperadas cambiaron de perspectiva, se orientaron a estudiar por un año los comportamientos, tradiciones y reglas de un grupo y ya no solo en lo individual. La investigación se direccionó a las normas que regían a cada grupo y en observar el comportamiento en pruebas de capacidad de trabajo en equipo.
Se armaron dos equipos, uno formado personas exitosas o de jerarquía superior y otro equipo catalogado con poco conocimiento con mandos medios, uno de los primeros hallazgos fue que el primer equipo mantuvo orden y la cordialidad y el segundo se desordenó y hubo más interacción personal entre ellos. Otro hallazgo fue que el resultado dependía de la relación interpersonal que existía en cada equipo. La inteligencia se basaba en las relaciones que creaban los grupos. Por lo que grupo personas exitosas no funcionó por su individualidad y distanciamiento. Se detectó que en el grupo que logró cumplir satisfactoriamente con la tarea encomendada al equipo todos participaban, es decir todos hablaron a mayor o menor medida y la cereza del pastel fue que tenían la capacidad de intuir como se sentían los demás, es decir tenían una sensibilidad social alta. Otra de las pruebas que se les realizó arrojó que el grupo dos “el de menos conocimiento”, resultó de hecho con una inteligencia más alta que las del grupo uno “el de los exitosos”.
El proyecto Aristóteles como se le conocía al experimento de Google concluyó lo siguiente, la fórmula del éxito de un equipo surge cuando se sustenta en seguridad psicológica del equipo y de cada uno de los integrantes, por lo que podemos decir que la seguridad psicológica es el factor más importante, lo interesante es que los equipos más exitosos son los que cometieron más errores y lograron crear entornos seguros donde los colaboradores se sientan cómodos de asumir riesgos.
“La seguridad psicológica es la creencia de que uno no será castigado ni humillado por hablar de sus ideas, preguntas, preocupaciones o errores” Amy Edmonson.
¡Sonríe! Paty Vargas