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Cardumen es un término utilizado para describir a un grupo de peces que nadan juntos y se mueven en sincronía, siguiendo un patrón establecido, y se benefician de la protección y ventajas de nadar en grupo. El cardumen también permite a los peces comunicarse entre sí y coordinar sus acciones, pueden mantener la formación y cambiar de dirección rápidamente logrando una mayor capacidad de supervivencia y éxito en su entorno acuático.

Al leer sobre este fenómeno me quedé pensando qué pasaría si lo llevamos al mundo organizacional y curiosamente  escuché una anécdota relacionada con este increíble fenómeno natural de la voz de Seibi Ninomiya, logrando  aplicarlo a un grupo de personas  para  encontrar cómo llevar a este equipo a estar sincronizado y convertirse en uno solo.

Entonces inició por clarificar los valores, que mueven a la empresa y alinearlos a las conductas de los colaboradores, asegurándose que todos conozcan las metas, elaborando  un plan desde conocimiento colectivo de todos los integrantes, es decir utilizando la inteligencia colectiva al final  y el líder no ordena si no trabaja colaborativamente y entonces se dio el efecto cardumen, se logró trabajar de forma cohesionada y como un solo equipo lograron culminar el programa de voluntariado con los estándares óptimos.

Cuando las personas trabajan de manera cohesionada en el entorno organizacional, están colaborando y coordinando sus esfuerzos de manera efectiva para alcanzar metas comunes

Por cierto me encanta la labor de Seibi en Inspirarse, siempre nos  abre horizontes a mejores prácticas desde la conciencia humana , nos inspira a ser mejores marcas.

«Es mejor tener una persona trabajando contigo que tres personas trabajando para ti», Dwight D. Eisenhower.

¡Sonríe! Paty Vargas