El jueves pasado fui al café con una amiga que está a cargo del departamento de administración de una empresa, desde que la vi de lejos supuse que algo pasaba. Traté de disimular, pero no llegaba ni el café que pedimos, cuando me dice – “Paty es un horror de verdad buscar gente”. Puse un anuncio en OCC y me llegan más de 70 currículos diarios que tengo que checar y al final ni 10 rescato, tengo dos meses buscando el puesto, les hablo, no contestan y a los que logro contactar, los cito y no van, es una locura.
Hace 4 días pensé que lo había resuelto, el lunes estaba programado, el ingreso de Lucy, pero me habló ayer y me dice que se va a quedar en la empresa que trabaja, le hicieron una buena oferta y aceptó. La esperé dos semanas y al final me dice que siempre no”-.
Solo puedo decir que entiendo perfectamente a Lucy, la industria del reclutamiento así se vive. Las personas somos seres cambiantes y con elección propia. Platicando con mi amiga, le hice varias preguntas sobre el puesto que busca, me dio una lista de necesidades, mismas que implican que la persona tenga una gran lista de competencias desarrolladas, para lo cual se recomienda que la persona tenga más de 4 años de experiencia y que sus expectativas salariales sean acordes a sus logros.
Por cierto, después de un tiempo Lucy nos envió su CV a Partners, si la misma Lucy, sigue buscando trabajo, busca un lugar donde le apuesten a su talento y donde ella también le apueste al proyecto y que eso se vea reflejado en su propuesta laboral para decidirse a migrar a otra empresa.
El vivir el proceso acompañado de expertos que traen el conocimiento colectivo y la sensibilidad del mercado hace que el camino sea menos áspero y las decisiones se tomen desde la realidad del mercado actual
En el mercado laboral existen dos jugadores: las empresas y los talentos, cada uno escribe sus reglas y el éxito está en encontrar el punto de conciliación de ambas partes.
Divierte
Paty Vargas