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Estamos en plena evolución, nuevos perfiles y competencias, modelos de negocios y formas de trabajo, sin duda, las expectativas del mercado cambiaron y las exigencias son mayores.

El verdadero reto consiste en la capacidad de adaptarse y liderear rápidamente los cambios sin comprometer la calidad. La modalidad de trabajo híbrido y a distancia llegaron en algunos casos para quedarse, los incentivos materiales quedan un poco obsoletos con las nuevas generaciones que conforman la fuerza laboral. Hoy en día se valoran más los aspectos como: las vacaciones pagadas, una membresía de un gym, una cafetería en su lugar de trabajo para tomarse un buen café en sus 5 minutos de relax, que un incentivo monetario.

Las reglas se reescriben con la generación z que ya es parte de nuestra fuerza laboral y su presencia aumenta cada vez más en los entornos de trabajo, una generación que busca el éxito personal, más cautos e idealistas que su generación predecesora, conscientes de las limitaciones de oportunidades para alcanzar éxito, impacientes y autodidactas. Para esta generación, es importante compartir la filosofía de la empresa en la que trabajan y sentirse altamente identificados con sus valores, estos profesionistas aspiran a un empleo que tenga un impacto en el mundo  según nos dice un estudio de Job Today, » valoran la flexibilidad de horario y trabajo remoto, prefieren mentores que inciten a la creatividad y al trabajo colaborativo, para ellos, es de suma importancia que su opinión sea tomada en cuenta y tenga retroalimentación continua, constituyen aproximadamente 26% de la población mundial. Todo un reto organizacional «.

Por otro lado, algunas de las tendencias que toman fuerza para este 2022, son los programas de bienestar, que encabezan las listas de prioridades a la hora de buscar una empresa para laborar, al elegir donde trabajar se inclinan por las empresas que se preocupan por cuidar la salud física y mental de sus colaboradores, el mensaje es claro, buscan equilibrio y bienestar. Quizá te parezca algo absurdo las nuevas formas de querer visualizar la gestión de trabajo, pero como decía Albert Einstein, «Si una idea no es absurda al principio, entonces no merece la pena». Aprender a cubrir la brecha entre las nuevas necesidades de la fuerza laboral y los requerimientos que necesitan las empresas es uno de los retos del 2022.

Todo lo anterior nos lleva a plantearnos la posibilidad de construir nuevos modelos organizacionales, por ejemplo, una estructura horizontal, centrados en la agilidad y en el  trabajo en equipo con autonomía propia de recursos y toma de decisiones, líderes que definan objetivos cuantificables y claros, modelos que al interior se centren en mejorar la experiencia del colaborador y nos ayuden a mejorar la percepción de la empresa al exterior como marca empleadora. Para ello, es necesario trabajar con los líderes, y desarrollar sus habilidades de negociación, resiliencia y pensamiento sistémico.

El nuevo escenario nos exige entregar valor en todo lo que hacemos y no solo entregar por entregar, nos lleva a desarrollar nuevas competencias organizacionales y personales, nos incita al cambio y a la innovación constante como personas y empresas, nos lleva a romper paradigmas de estructuras y formas de trabajo, a entender las aspiraciones de los colaboradores y a hacer programas flexibles  de trabajo actualizando esquemas salariales para integrar a todas las generaciones. Este mundo en constante cambio, te lleva al punto exacto donde te reinventas o te desvaneces.

«No es posible resolver los problemas de hoy con las soluciones de ayer» Roger Van Oech.

¡Sonríe!
Paty Vargas